lunes, 25 de octubre de 2010

EDWYN COLLINS - LOSING SLEEP (2010)



En febrero de 2005 Edwyn Collins sufrió una doble hemorragia cerebral que le dejó postrado en coma e ingresado 6 meses en el hospital, tras una complicada operación que, si bien consiguió mantenerle vivo, no evitó una paralisis cerebral que afectaba a la parte del cerebro que rige el lenguaje y otras secuelas de semejante gravedad (en general, falta de movilidad en la parte derecha del cuerpo), con lo que se vió obligado a volver a aprender a hablar, pues era incapaz de comunicarse. No deja de ser paradójico para una persona acostumbrada a hablar a través de canciones el no poder ni pedir un vaso de agua o poner un disco (el poner música era improcedente, pues le producía mucha excitación, y sólo fue capaz de hacerlo muchos meses después de la operación).
Edwyn Collins es uno de los músicos más respetados de Escocia. Procedente de Glasgow, formó en los 80 los básicos Orange Juice y ya en los 90, en solitario, gozó de un merecido éxito en ambos lados del atlántico con la grandiosa canción "A girl like you", sin contar con que cada uno de sus discos es de una calidad intachable. Era duro pensar que nos fuéramos a quedar sin él.
Gracias a su esposa y mánager, Grace Maxwell, que ha estado al pie del cañón con él en todo momento y le ha ayudado en la difícil tarea de volver a poner las manos sobre una guitarra, Edwyn Collins ha logrado lo impensable: completar un nuevo trabajo (el anterior, "Home again", de 2007, ya estaba grabado cuando pasó todo) con nuevas composiciones de una calidad milagrosa, increíble, titánica.
Lo nuevo de Edwyn Collins puede perfectamente ser llamado "disco milagro" porque, lejos de reflejar una debilidad evidente que su mismo rostro envejecido prematuramente refleja, es de una luminosidad contagiosa. Un disco vital, moderno, joven. Un renacimiento en toda regla con canciones vibrantes y llenas de energía. En el pasado, desde su aclamado "Georgeous George" (1995), sus discos iban encaminados cada vez más hacia el folk o los sonidos negroides más almibarados, pero en este trabajo se destapa como el rocker que nunca fué. Las canciones están en su mayoría plagadas de guitarras y ritmos que rozan a veces hasta el punk.
El disco se abre con un verdadero trallazo northern soul que da título al disco y que directamente podemos decir que es candidato a single del año, así de simple. El resto del disco, si bien tirando más al rock, sigue por los mismos derroteros, todo plagado de singles en potencia. Además, está lleno de colaboradores de lujo, tanto compañeros de generación, como Roddy Frame (Aztec Camera) o Johnny Marr, o jóvenes admiradores como los ahora tan de moda The Drums o los reyes del cotarro y compatriotas, Franz Ferdinand, que lejos del homenaje mezclado con pelotera que suelen suponer estas intervenciones en discos ajenos, aquí dotan al conjunto de una frescura necesaria y están perfectos cada uno en la canción escogida.
"Do it again", "Bored", "Come tomorrow, come today", la preciosa "I still believe in you", son todas ellas píldoras medicinales capaces de curar no sólo al que las ha construído, sino también a quien las escucha. Toda una recuperación, una alegría y un placer tenerle de nuevo entre nosotros, sobre todo ofreciendo maravillas como esta.

martes, 31 de agosto de 2010

RUBINOOS - BACK TO THE DRAWING BOARD (1979)

La perfecta combinación entre Beatles y Beach Boys, aunque de sonido acelerado como consecuencia de una indigestión de coca-cola y caramelos. Eso podemos decir que es el power pop. Los Rubinoos son uno de los más claros ejemplos del género, demostrando con sus canciones que el azúcar no está reñido con el rock and roll.

Procedentes de Berkeley (California) y formados por el cantante y guitarrista Jon Rubin (de cuyo apellido tomaron el nombre) y el compositor, cantante y teclista Tommy “TV” Dumbar, los Rubinoos nacieron en una época en que el pop, tal como se entendía en sus orígenes, no estaba bien visto. Los sonidos amables y azucarados de los 50 y 60 eran despreciados en pro de aburridos solos de guitarra y rock pesado y tedioso (con excepción, por supuesto, del Glam). Completando la formación con el bajista Royse Adler y el batería Don Spindt y basando su sonido en el rock and roll primerizo y el pop y bubblegum de los 60, consiguen que la compañía independiente Bersekley Records les fiche y graban dos discos, de los cuales “Back to the drawing board” es el segundo, producido por el presidente de la compañía Mathew “king” Kaufman.

Este disco, que es alabado en su época por la crítica (sobre todo británica), sigue siendo un gran desconocido en nuestros días y sin embargo debe considerarse, junto al primer lp de Paul Collins Beat y pocos trabajos más, como uno de los pilares de un género, el power pop, que pese a ser despreciado por la crítica “enterada”, no deja de ser junto al punk un movimiento revitalizador del rock and roll en una época en que estaba muerto y enterrado. Para empezar, “Back to the drawing board” contiene uno de los singles más claros de ese género, la vitamínica “I wanna be your boyfriend”, tema para corear y saltar hasta caer rendido, pero el resto no palidece ante su grandeza: temas igualmente energéticos como la perfecta “Ronnie”, “Drivin music” o la divertidísima “1-2-3 forever”, gemas de pop almibarado y adolescente como la “beachboyana” “Jennifer” y “Promise me”, o la que es mi favorita: una versión de “Hold me”, canción escrita originalmente por Dick Haymes y popularizada en los 60 por P.J. Proby, a la cual los Rubinoos saben inyectar testosterona suficiente como para hacer saltar todo por los aires.

Tras la edición de este disco, los Rubinoos desaparecieron, únicamente para juntarse eventualmente en los 80, pero desde 1999 han resucitado rejuvenecidos y al contrario que la mayoría de sus compañeros de generación que hacen lo mismo, en vez de tratarse de la típica reunión llena-bolsillos, Rubin y Dumbar están editando discos que nada tienen que envidiar a los que hicieron en los 70. Encima parece ser que sus directos son demoledores. Ojalá vuelvan por aquí pronto porque la última vez me los perdí. ¡Viva los Rubinoos!

lunes, 17 de mayo de 2010

THE REMAINS (1966)

Uno de los principales referentes del sonido garage-punk de los sesenta, The Remains se formaron en el área de Boston hacia 1965. Su sonido era una perfecta mezcla de la sensibilidad pop de los Zombies y el sonido "raw" de los Stones o Them, con guitarras chirriantes e intensidad negroide en las interpretaciones. Pese a estar liderados por un gran cantante y compositor como Barry Tashian, el grupo no logró alcanzar el estrellato que esperaban y se separaron tras un año y medio de vida, alcanzando su pequeño instante de gloria cuando telonearon a los Beatles en una de sus giras americanas.
Este disco de 1966, sacado justo en el momento de su separación es, por tanto, el único testimonio discográfico de este grupo que fue desconocido en su día, pero sobre el que se ha establecido una especie de culto posterior como referentes de los sonidos más crudos de los 60, sobre todo gracias a la inclusión de uno de sus singles, la maravillosa "Don't look back", en la famosa recopilación "Nuggets" de Lenny Kaye. La verdad es que podemos hablar del disco como de una de las obras capitales del rock americano pre-psicodélico, con grandiosos singles como el trallazo inicial "Heart", pieza de una intensidad que deja sin aliento, o la mezcla de gemas pop como "Why Do I Cry" o "You've got a hard time coming", con el salvajismo de su lectura del "Diddy wah Diddy" de Bo Diddley y Willy Dixon. Sin olvidar, por supuesto, que fueron de los primeros grupos en mezclar influencias británicas con la música country americana, como vemos por ejemplo en la versión del "Lonely Weekends" de Charlie Rich o en la genial "Say you're sorry".
Una auténtica pena que esta joya se quedara en las cubetas de segunda mano en su día. Hoy en dia, sin embargo, ha sido recuperada y reeditada en numerosas ocasiones, casi siempre completada con jugosas grabaciones inéditas no aparecidas en su día. No desaprovecheis la ocasion de recuperarlo los que ya lo conozcais y escucharlo los que no lo hayais hecho, merecerá la pena.

viernes, 5 de marzo de 2010

LEE HAZLEWOOD - "LOVE AND OTHER CRIMES" (1968)

Del malditismo en el pop siempre se ha hablado con absoluta ligereza pero, ya puestos, la imagen estereotipada que yo tengo del asunto es la de un tipo en una habitación en tinieblas, vagamente iluminado por una tenue luz indirecta que, vestido elegante pero desaliñadamente y con barba de tres días, va armado de una copa de chivas mientras el humo de su cigarro le sume en una niebla interminable. Escupe lamentos de amor con voz profunda y entrecortada por un dolor que es incapaz ya de disimular.

Esa imagen estereotipada, amigos, puede convertirse en algo genuino cuando de quien hablamos del autor de este disco, y cobrar vida...

Barton Lee Hazlewood fue todas estas cosas: dj radiofónico (uno de los primeros iluminados que pinchó a Elvis), productor discográfico, responsable entre otras cosas del sonido "Twang" de Duane Eddy y maestro de un joven Phil Spector, que dio alguno de sus primeros pasos bajo su batuta. Compuso y produjo grandes éxitos para artistas de la talla de Nancy Sinatra ("These boots are made for walking"; "Some velvet mornig") o Sanford Clark ("The fool"), pero también compaginó esta labor con una carrera como cantante en solitario para la que reservaba sus canciones menos convencionales y más torturadas, sembradas de un sentido del humor socarrón y a vuelta de todo. Estaba dotado de una voz profunda y opaca que era capaz de transmitir perfectamente esa imagen de crooner vaquero de la que hacía gala e instrumentalmente sus trabajos formaban una masa oscura pero voluptuosa, algo así como un halo misterioso que se convertía en traje perfecto para sus lamentos.

Por supuesto, nunca tuvo éxito como cantante, pero sí que dejó algunos discos mayúsculos como el que nos ocupa. En él, se confiesa culpable "del amor y otros crímenes", concepto esclarecedor de la visión oscura del romance que sobrevuela este LP, que se mueve entre el country, género en el que Lee se encontraba más cómodo y del que fue gran innovador, el pop brillante de joyas como "She comes running" o "The house song", el blues decadente de "Rosacoke street" o el jazz resacoso de "She's funny that way", todas ellas cubiertas de un muro de sonido ampuloso y profundo como un tumor. Así el recurrente concepto del corazón roto adquiere aquí una dimensión que Lee sabe aprovechar a la perfección para componer un disco casi perfecto.

Todo un personaje que, aunque ya desaparecido, perdura en la memoria como uno de los grandes dandys del pop americano, dotado de un sentido del humor incisivo y una ironía pasada de vueltas (una frase suya que siempre me ha hecho gracia: "mi forma de tocar la guitarra hizo subir un 10% las ventas de pianos en EEUU"). Supo crear un sonido propio y su influencia es fácilmente rastreable en gente como Nick Cave, Thindersticks o Jarvis Cocker, aunque nadie ha sabido emular su tremenda presencia y entidad como intérprete, que quedan patentes en discos como éste, injustas víctimas del olvido pero merecedores de todas mis alabanzas.


lunes, 4 de enero de 2010

2009: ALGUNOS DISCOS BUENOS

Neko Case
Middle Cyclone

A pesar de ser canadiense, a Neko Case le viene la americana como anillo al dedo y sabe inyectarle dimensión a base de canciones milagrosas y un sonido enorme. ¡Y esa voz!... ¡esa voz!

Bonnie 'Prince' Billy
Beware

Lo ha vuelto a hacer. Tan sólo ha pasado un año desde el inmenso "Lie down in the light" y este tipo no tiene problemas en superarlo con otra obra capital. ¿Y cuantas van ya?

Yo La Tengo
Popular Songs

Son maestros. Dominan tan a la perfección todos los géneros musicales que el término "rock" se les queda muy pequeñito. Disco doble y precioso en edición vinilo.

Manic Street Preachers
Journal for Plague Lovers

Tras unos años perdidos para la causa por sacar al mercado mediocridades, los Manics vuelven por sus fueros en un sincero homenaje a Brian Ritchie, su compañero hace años desaparecido y declarado por fin oficialmente muerto. Guitarras hirientes y letras (obra del susodicho) políticamente furiosas. Son necesarios.


Dan Auerbach
Keep It Hid

La otra mitad de los magníficos "Black Keys" se despunta un poco del crudo blues rock al que nos tiene habituados para ofrecer una colección de canciones de producción más elaborada y con incursiones en el intimismo folk. Le sale a pedir de boca.

Grizzly Bear
Veckatimest

Parece ser que el folk-rock ha vuelto para quedarse. Psicodelia, flores, ácido y voces angelicales que despegan al infinito. Un disco asombroso y relevante.

Bill Callahan
Sometimes I Wish We Were an Eagle

La propuesta de Callahan nunca ha sido de fácil escucha. Esto no es una excepción y sin embargo se pega al cerebro como una lapa. De repente, te descubres tarareando una de estas melodías perezosas que resultan imposibles de soltar por una buena temporada.

Monsters of Folk

Monsters of Folk

No soy yo muy aficionado a las superbandas. Generalmente me parecen un fiasco que sólo sirve para que sus componentes se hagan pajas mentales. No es éste el caso de MOF, que evidencian con esta colección de canciones que cuando se abandonan los egos un ratito salen las cosas fetén. Por supuesto, que produzca el maestro M Ward también ayuda, y mucho.


Wau y Los Arrrghs !!!: ¡¡¡Viven!!!

En Valencia somos afortunados por contar con el grupo de garage-punk más grande de España y ¿que coño!... hasta del mundo. Eructos sónicos de 3 minutos y directos extenuantes. ¿Que más se le puede pedir a la vida?

The Young Fresh Fellows: I Think This Is

El regreso más entrañable de la temporada. Siguen tan divertidos y frescos como siempre.


There Is No Enemy

Built to Spill :There Is No Enemy


El ROCK con mayúsculas y guitarras infinitas no puede ser algo del pasado. Built to Spill nos ayudan a los que en esto creemos a seguir manteniendo la fé. Gracias por ello.

Jay Reatard: Watch Me Fall

Gamberro, sucio, histérico y desalmado. Jay Reatard dispara canciones con tirachinas y siempre acierta en la diana. Valga esto como ilustración...http://www.youtube.com/watch?v=dG65eqfg6bc

M. Ward: Hold Time

Sólo la canción que da título al disco (la mejor del año, por supuesto) ya merece todas mis alabanzas y reverencias hacia un maestro que cada vez es más enorme. El resto, a pesar de que se ven un tanto ensombrecidas por esta, son igualmente sobresalientes.

Franz Ferdinand: Tonight


Grupo de quinceañeras? Hype? En absoluto. Un respeto para unos constructores de canciones más que competentes que saben sonar relevantes con modestia mientras hacen bailar a medio mundo. Su mejor disco hasta la fecha.

Prefab Sprout: Let's Change the World With Music


Paddy McAlloon es un emperador del pop no coronado. "Let's change the world with music" es su forma de reclamar un trono que se le ha negado demasiado tiempo. Tras escucharlo, no tengo ninguna objeción en rendirle pleitesía. Magistrales, como siempre.

The Pains of Being Pure at Heart: The Pains of Being Pure at Heart


El término "shoegazer" se acuñó en los 80 para definir un tipo de pop independiente de corte lánguido e inocente que reinó durante una temporada en las listas inglesas. Les va como anillo al dedo a estos jovenzuelos de NY que han confeccionado uno de los debuts más impresionantes del año.

Yeah Yeah Yeahs: It's Blitz!

Se puede llenar la pista de baile con inteligencia. Yeah Yeah Yeahs lo saben.



My World

Lee Fields & The Expressions: My World

Blaxploitation del siglo XXI de la mano de este viejo cantante soul de Brooklyn ha dado con los jovenzuelos adecuados para revestir su voz de una elegancia que no necesita envidiar en absoluto el sonido de los grandes padrinos del soul. Una maravilla

Arctic Monkeys: Humbug

Jovenzuelos, pero ya no imberbes. Su desparpajo se vuelve oscuro en esta obra de madurez con la que han sabido aprobar su revalida como la gran esperanza del rock inglés


The Flaming Lips:Embryonic

Sus discos preciosistas y amables habían hecho olvidar que antes eran un grupo que sabía dar vueltas de tuerca a la psicodelia más lisérgica. Vuelven por sus fueros en una obra tan original como desquiciada. No es nada fácil de escuchar, pero hay que rendirse ante tal despliegue de riesgo calculado.

Tom Waits:Glitter and Doom Live

Gran documento de la gira que le trajo este año a nuestro país y que sólo unos pocos fueron afortunados de ver. Waits tuerce sus canciones para hacernos disfrutar de toda una demostración de maestría en el escenario.

Jeremy Jay: Slow Dance

A pesar de que en directo no sabe dar la talla, más preocupado de las posturas "modernitas" que de lo que está cantando, hay que reconocer que en formato disco Jeremy Jay enamora con su naïve relectura de la nueva ola.

Primary Colors

The Horrors: Primary Colors


Suenan como si Kevin Shields se hubiera aliado con los Blues Magoos y con Ian Curtis para dar forma a un muro de sonido de una consistencia que deja sin aliento. Gran disco y gran futuro el que les espera a estos chavales de seguir por este sendero.

Sondre Lerche: Heartbeat Radio

El Crooner escandinavo vuelve al pop almibarado de su grandioso "Two Way Monologue" y acierta de nuevo a base de canciones redondas y elegantes. Un placer tenerle de vuelta.


Goodnight Unknown

Lou Barlow: Goodnight Unknown

A Lou le da tiempo a todo, a grabar y salir de gira con los Dinosaur Jr y a producir discos tan grandes como este, mucho más convencional que todo lo que haya hecho en el pasado, pero definitivamente con mucho gancho.