miércoles, 27 de mayo de 2009

BILLY NICHOLS - "WOULD YOU BELIEVE" (1968)




Este es uno de los discos sobre los que más ganas tenía de escribir cuando comencé este blog, sobre todo por lo injustamente olvidada que ha sido semejante joya.


Siendo sólo un mocoso de 17 años, Billy se las ingenió para convencer a Andrew Loog Oldham, manager de los Stones, para que le pusiera en nómina en su compañía INMEDIATE, al principio sólo como compositor de canciones para gente como Del Shannon o músico de sesión con los Small Faces, y más tarde grabando el album que nos ocupa, que fué editado en 1968 y pasó absolutamente sin pena ni gloria gracias a una carencia absoluta de promoción.


De oportunidades perdidas está el pop lleno y definitivamente esta es una de ellas, puesto que se trata de un disco de canciones mayúsculas, a cada cual mejor, y con unas posibilidades comerciales enormes, de haber gozado de la atención que merecía. De hecho, yo lo considero la respuesta más clara del pop británico al "Pet sounds" de los Beach Boys. Aunque no pueda competir con la genialidad ni la profundidad del trabajo de Brian Wilson, no está mal para un chaval de 18 años semejante ejercicio de pop soleado con tintes psicodélicos y melodías que rozan la perfección. Pocos discos del llamado "Sunshine pop" pueden vanagloriarse de estar a la altura de este, que comienza con el único tema no escrito por Billy, que da título al album y que sirvió como carta de presentación de éste en formato single. En ella se encuentran ya todos los elementos de lo que vendrá a continuación: coros angelicales, melodias suaves pero a la vez firmes, y la colaboración de Steve Marriott y Ronnie Lane, los dos Small Faces más ilustres. El resto del disco cabalga entre viajes psicodélicos tan accesibles como brillantes - "London Social Degree", "Portobello Road" o "Daytime Girl-; visitas al folk como "Come again" o "Question Mark"; y rayos de sol como "It brings me down" o la maravillosa "Feeling easy".
En resumen, una delicia como pocas. Un disco esencial de los sesenta cuya existencia desgraciadamente es poco conocida, incluso para los aficionados. Billy Nichols, después de que el disco viera la luz, se dedicó mucho más a la producción y a componer para otros que a hacer discos por su cuenta (apenas un par en más de 20 años). Una pena, pero ahí queda esta maravilla. Recuperarla debería ser casi obligatorio

miércoles, 20 de mayo de 2009

WILCO - "WILCO (THE ALBUM)" (2009)


Saldrá el próximo 30 de junio, pero como el grupo se ha dado cuenta de que ya hace tiempo que se puede descargar el avance del album por internet, han decidido colgar una versión para escucha legal en su pagina web.
Una vez escuchado, "Wilco (the album)" puede considerarse a simple vista como el disco más "amable" de los idem. Los adjetivos "comercial", "pulido" o, incluso, "previsible", acuden a la mente con facilidad. El disco está diseñado para gustar tanto al fan de Wilco como a los recién llegados, pero tiene un gran problema: todos los discos anteriores.
Wilco siempre, en mi opinión, de un modo u otro ha sabido sorprender. Cada uno de los discos ha ido siempre, para bien o para mal, un paso más allá del anterior. Siempre han estado buscando algo, y en discos como "Summerteeth", "Being there" o, sobre todo, "Yankee hotel foxtrot" lo encontraron con creces. Han creado discos esenciales para entender la música rock de nuestro tiempo y siempre se ha escuchado con atención lo que tenían que decir. Ahí está lo malo: en esta ocasión parece que la munición se ha agotado. Como su propio nombre indica "Wilco (the album)" es un intento de autorretrato mediante un ejercicio de estilo. Las canciones llaman a gritos a otras aparecidas en otros álbumes, perdiendo por el camino gran parte de la urgencia con que aquellas nos sorprendían. Una versión descafeinada de tiempos mejores que sólo consigue de vez en cuando un reflejo lejano de lo que "pudo llegar a ser".
No obstante, ya he dicho que este es un disco amable. Por lo tanto es agradable escucharlo. Wilco no serán geniales en esta ocasión, pero gran parte de las canciones son totalmente disfrutables. Si hay algo que tiene bien aprendido Jeff Tweedy es la forma de hacer una canción pop y aquí las habría mayúsculas, de no ser por los antecedentes. Abriendo con la bastante anodina "Wilco (the song)", en la primera parte del disco encontramos temas sobresalientes como "One Wing", la almibarada "You and I" ( a duo con la famosilla Feist) o el gran single del album "You never know", todo un homenaje a George Harrison. El recordatorio al Wilco "experimental" de los discos con Jim O'Rourke se zanja con "Bull black nova" y su final ruidista. Tampoco podemos olvidar a los Wilco más campestres, representados aquí con la bonita "Solitaire". El resto, canciones más o menos correctas e incluso sonrojantes como "I'll fight" o "Sunny feeling".
Es una pena: Wilco se han descafeinado. Nunca pensé que diría eso del que considero uno de los mejores grupos de rock de los últimos 20 años. A veces es necesario parar, o incluso caer para remontar el vuelo. Esperemos que sea el caso.

viernes, 8 de mayo de 2009

NEW YORK DOLLS- CAUSE I SEZ SO (2009)

Contrariamente a lo que cabía esperar vistas la mayoría de reuniones de grupos ancianos la de las muñecas de NY está resultando de lo más prometedor. Ello es debido principalmente a que la inyección de sangre nueva a la banda ha añadido la energía extra neceasria a los "vejetes" David Johansen y Sylvain Sylvain y, sobre todo, a que en absoluto están adoptando una actitud revisionista de un pasado influyente, que es lo que en principio espera cualquier aficionado a la banda, pero que a la larga es fácil que traiga como resultado la autoparodia.

Así pues, en este trabajo, tras la buena respuesta de "one day it will please us to remember even this" (premonitorio título, y toda una declaración de principios), lejos de complacerse en abusar de un tipo de rock and roll que ellos se tienen ya más que sabido, y pese a un comienzo engañoso con el single que da título al disco, excesivamente Hard rock y de sonido pulido para mi gusto, seguida de un "Muddy bones" marca de la casa, el disco se introduce de lleno en los medios tiempos en la mejor tradición americana y en la lisergia más expeditiva. Canciones de factura dulce como la mayúscula "Better than you" , "Lonely so long" , "Temptation to exist" o la otoñal "making it rain" se mezclan con la psicodelia más pantanosa de "My world" , "Drowning" o las más rhythm and blues "Ridiculous" o "Nobody got no bizness". Incluso se permiten el lujo de reírse de sí mismos haciendo una versión reggae de su clásico "Trash" realmente divertida y para nada gratuita.

El disco acaba como empieza, con todo un trallazo de Rock and Roll llamado "Exorcism of Despair" que demuestra que aún les quedan muchas balas en la pistola y deja un gusto exquisito, lo cual me lleva a decir, aunque suene a tópico, que en este caso el buen vino sí mejora con los años. Como deben sonar estos temas en directo! no veo la hora de que vuelvan por aqui
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jueves, 7 de mayo de 2009

HOWLIN' WOLF- "HOWLIN' WOLF" (1962)


Poco podía Arthur Chester Burnett, más tarde conocido como "Lobo aullador", cuando trabajaba como granjero en Mississipi, que el diablo que tenía metido dentro le encumbraría como una de las referencias básicas del blues de Chicago -el blues eléctrico- y, sobre todo, que llegaría a alumbrar esta obra de portada tan representatíva, una de las cumbres del género.


Apoyado por lo mejorcito de la escudería de la compañía Chess records y con el arma mortífera de las composiciones del grandísimo Willie Dixon, este "album de la mecedora", como es más conocido, despliega una lección magistral de blues tocado con las tripas y cantado por un hombre en el cénit de sus posibilidades vocales (o de sus aullidos).
Plagado de clásicos como "Wang dang Doodle", "Shake for me", "Back door man", "Little Red Rooster" o "Spoonful" y con unas letras con muchas más referencias sexuales de las que eran deseables en la época (la citada "Back door man" habla con poco tapujo sobre el sexo anal, por ejemplo) y con una actitud en su ejecución que se nota influida por la visión del blues que el rock and roll ya había impuesto en esos años. Son canciones que sudan, se arrastran, tiemblan y se infectan, sin dar cuartel al que las escucha.
Sin duda, ell disco supuso una de las influencias básicas de los jovenes de la British invasion y su respuesta americana: Rolling Stones, Cream, Animals o Doors versionearon una, o varias, de las canciones de este album elevándolas a la categoría de clásicos imperecederos. Y es comprensible: pocos discos de rock and roll consiguen la tensión y excitación que rezuma este trabajo, uno de los más importantes en la historia tanto del blues como del rock and roll.
De adquisición obligada, por supuesto.