1. MOONDOG: "MOONDOG" (1969)

Louis Thomas Hardin, más conocido como Moondog, era un músico absolutamente genial, compositor de música magnifica a caballo entre el jazz y la clásica, que un buen día decidió apartarse de la sociedad y vivir en las calles de Nueva York, vestido con ropa que él mismo confeccionaba y que estaba basada en el dios Thor.Le llamaban por ello "el vikingo de la sexta avenida". Ya entrado en años, comenzó a ser conocido, más allá de por sus excentricidades, por lo interesante de una propuesta musical visionaria, plasmada en discos que suenan marcianos, mucho más allá de los corsés preestablecidos en los géneros en los que se mueven, sobre todo en este aparecido ya en su vejez, que contiene piezas de una amplitud y ampulosidad casi cinematográficas. ¿Cómo pudo un vagabundo ciego y lunático componer música semejante?
2. ALMENDRA: "ALMENDRA" (1969)

3. DAVID BOWIE: "STATION TO STATION" (1976)

4. MAX ROMEO AND THE UPSETTERS: "WAR INA BABYLON" (1976)

Este disco, junto con "Police & thieves" de Junior Murvin y "Party time" de los Heptones, conforma lo que se ha dado en llamar la sagrada trinidad de los discos producidos en el estudio Black Ark, propiedad del genio Lee Scratch Perry. Aunque el disco lo firman a medias Max Romeo y él, no hay duda de que su grandeza se debe sobre todo al genio creativo de Perry, considerado el Phil Spector jamaicano, que con su técnica "upsetter" de producción, subiendo los bajos al máximo, revolucionó la música jamaicana y en cierto modo influyó también en el pop. Con canciones enormes, como "One step foward", "Uptown babies" o "War ina Babylon", se trata de un disco muy roots, combativo y revolucionario, además de ultra-potente en cuanto a sonido, gracias sobre todo a la aportación del grupo de acompañamiento, los Upsetters, la banda de Perry.
5. FUGAZI: "THE ARGUMENT" (2001)

Tensión, energía, electricidad, en una palabra: ROCK. Así, con mayúsculas, con toda la intención de la palabra. Pocos discos capturan esa idea en toda su magnitud. Pocos artistas tienen la madurez, sensatez y maestría como para dejarse llevar y facturar sonidos que realmente lleguen a algo sin importar otros factores, que realmente son coyunturales. Lo que encontramos en "The Argument" se llama honestidad. El disco te lleva consigo a un mundo paralelo en que la adrenalina es la reina. Sí, no lo dudéis, esta siempre ha sido una música escapista, una música intensa que busca la escapada de la mediocridad. Ian McKaye y sus muchachos se saben el libro de instrucciones a la perfección, pero llegó un momento en que lo tiraron al retrete y produjeron esto: todo un tratado de cómo hacer un disco de rock sin tapujos, con canciones como soles y directo a los huevos.
6. NICK GARRIE: "THE NIGHTMARE OF J.B. STANISLAS" (1969)

7. TERRY CALLIER: "OCCASIONAL RAIN" (1972)

Terry Callier es una anomalía digna de paladares sibaritas. A diferencia de la mayoría de músicos negros de los 60 y 70, Callier se ha mantenido en un eclecticismo difícil de definir, a caballo entre blues, soul, funk o Jazz. Sus discos son elegantes y profundos como pocos. Este "Occasional Rain", de 1972, ese un claro ejemplo de lo que digo. Texturas sedosas formadas por instrumentaciones maravillosamente ejecutadas y producidas. Sensaciones más que agradables al oído y canciones enormes como "Ordinary Joe", sin duda alguna uno de mis temas favoritos de soul setentero.
8. LOW: "THE GREAT DESTROYER" (2005)

Este año vi a Low interpretar íntegramente este disco en el Auditori del Fórum de Barcelona. Las palabras "carne de gallina" no son suficientes para definir las sensaciones que me produjeron. Evidentemente, no he descubierto este disco este año, pero de alguna manera la interpretación que contemplé de sus canciones, generando una liturgia casi religiosa, me ha proporcionado un nuevo punto de vista. Si antes me gustaba mucho este disco, ahora me parece una obra maestra de proporciones faraónicas. Escuchadlo, joder.
9. MIGUEL RIOS: "MIRA HACIA TI" (1969)

El primer disco en solitario de Miguel Ríos para Hispavox es una auténtica joya de principio a fin. Con arreglos de Waldo de los Ríos y varias canciones del brinco Fernando Arbex, además de las archiconocidas "El Río" o "Vuelvo a Granada", contiene trallazos del calibre de "No sabes como sufrí", "Contra el cristal" o "Yo sólo soy un hombre". Un disco enorme, sincero y directo que ofrece una imagen diferente del estereotipo que se tiene de él.
10. CRAZY HORSE: "CRAZY HORSE" (1971)

11. DESTROYER: "STREETHAWK: A SEDUCTION" (2001)

Un disco que escuché compulsivamente durante una temporada difícil este año. De alguna forma, la manera intrincada con que Dan Bejar teje sus canciones me atrapa obsesivamente y me hace sentir bien. Basado en una especie de cruce imposible entre Bowie y Pavement, el desarrollo de los temas que componen este disco (el quinto de su carrera) navega sobre letras extensísimas, muchas veces con aspiraciones de himno y, pese a los a veces horribles arreglos y producción, logra un sonido expansivo que engancha sin saber por qué. El candor con que expresa Bejar su incontinencia lírica y musical tiene un encanto naïve raras veces encontrable en compañeros de generación (sin sentir vergüenza ajena, claro está). Destroyer son sin duda uno de los secretos mejor guardados de Canadá y merecen un puesto entre lo mejor del pop actual.
12. THE IMPRESSIONS: "THE YOUNG MOD'S FORGOTTEN STORY" (1970)

13. TRAFFIC: "JOHN BARLEYCORN MUST DIE" (1970)

14. PREFAB SPROUT: "PROTEST SONGS" (1989)

15. JOHN MARTYN: "SOLID AIR" (1973)

16. STANDSTILL: "VIVA LA GUERRA" (2006)

Un buen dia Enric Montefusco y sus chicos dejaron de ser unos jovenzuelos que se dedicaban a hacer hardcore en inglés y pasaron a ser uno de los grupos que más sabiamente han defendido el rock en castellano en este país durante los últimos años. Como si de un nuevo grupo se tratara, el homónimo "Standstill" ya apuntaba maneras, pero es en "Vivalaguerra" donde efectivamente puede decirse que en el rock patrio hay un antes y un después de este disco, donde la inteligencia de sus letras, la sabia y enrevesada construcción de las canciones o la conceptualidad del conjunto hacen aparecer ésta como una obra desinhibida, total y clásica desde su publicación. ¿Cómo no asombrarse ante "1,2,3, sol", "Yo soy el Presidente de la escalera" o "La mirada de los mil metros"?. Uno de los mejores discos editados en este país. Y punto.