viernes, 27 de noviembre de 2009

TIM ROSE - MORNING DEW (1967)

¿Donde demonios se habia metido este disco toda mi vida?. En serio, por mucho que uno crea que le queda poco por descubrir, a veces sorprende lo que te puedes encontrar si cavas un poco más hondo y a la vez te preguntas cómo la historia del pop ha podido olvidar discos como este, que rarisima vez se mencionan en libros, revistas o incluso blogs de frikis como este.


Timothy Alan Patrick Rose (23 de septiembre de 1940-24 de septiembrede 2002) era un tipo de Washington DC que se dedicó al circuíto folk de ese área y de la de San Francisco, y que tuvo su primer éxito a través de una versión del archi-conocido "Hey Joe", que por entonces grababa todo bicho viviente, pero en una versión más lenta y densa de lo común. Ese éxito fue seguido por otro aún mayor con "Morning Dew", una canción de la cantante canadiense Bonnie Dobson a la que Rose supo imprimir su sello personal convirtiendo una canción de folk cándido en un single mucho más aguerrido y orquestado, con un sentimiento muy cercano al rock. Ese sonido es el que impera en este su primer disco, titulado igual que esa canción, y que es toda una lección de cómo mear contra el viento: en pleno verano del amor y las flores vemos un tipo en la portada con pinta de macarra roqueta patibulario, fumando un puro y con mirada desafiante, cuyas canciones rondan al desamor, el más puro odio o el asesinato: "vienen a apresarme, dicen que me tendrán ahí sentado el resto de mi vida, pero no me importa, me cargué a mi mujer y no puedo recordar el porqué". Toma ya! ahora que vengan los hippies y me hablen de paz y amor. Esa letra pertenece a "Long time man" una murder ballad en toda regla, de la cual realizó Nick Cave una mayúscula versión en su disco "Your funeral...my trial". Este es el tono que se mantiene en todo el disco, de sonoridad barroca y densa, presidida por la adusta voz de Rose, que parece escupir las palabras. Normalmente las canciones van de la calma a la tempestad, con inicio desnudo a la guitarra para terminar con toda una fanfarria orquestal, lo cual dota a este trabajo de una dimensión mucho más profunda de lo que era habitual en la época. Cada canción respira por sí misma. Además de los clásicos "Hey Joe" o la imperecedera "Morning dew" encontramos auténticas joyas, como la inicial y también tremebunda "I got loniness", con unos coros que quitan la respiración, la más rockera "I've gotta do things my way" o la asombrosa "you're slipping away from me".


Lo dicho: ¿donde se había metido este disco toda mi vida?








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