Siempre he sido fan de las cantantes femeninas de los 60, en grupo o en solitario, y de todas ellas Dusty es mi favorita. Este es, sin duda, su mejor disco. Grabado en los míticos American Studios de Memphis, con producción de los reputadísimos Jerry Wexler y Tom Dowd, y una caterva de instrumentistas y coristas de lo más granado del soul sureño. Dusty es una extrangera en tierra extraña pero sabe aclimatarse a la perfección. Si bien toda su carrera había sido una sucesión de (grandes) hits de pop suave y acaramelado, la diva apostó en esta ocasión por canciones más intensas, revestidas de arreglos sudorosos de cuerda y viento. La composición corre a cargo de lo mejorcito del Brill Building y alrededores. Están Barry Mann y Cinthia Weill, un joven Randy Newman, los habituales Burt Bacharach y Hal David, y Gerry Goffin y Carole King, que se llevan la palma con cuatro temazos. Además de la archiconocida "son of a preacher man" (de John Hurley y Ronnie Wilkins) encontramos joyas pop como "don't forget about me" o "just one smile", soul descarnado como "just a little lovin" o "breakfast in bed" y tragedias de tres minutos como "I don't want to hear it anymore" o "In the windmills of your mind", que hacen de éste un disco absolutamente imprescindible para entender el pop de la década dorada. Aquí las chicas tomaron el poder.
The Lemon Twigs “A Dream Is All We Know”
Hace 1 día
No hay comentarios:
Publicar un comentario